Cada CAE equivale exactamente a 1 kWh de ahorro de energía final al año. Esta equivalencia única y uniforme es la que se utiliza en todo el sistema para sumar, comparar y liquidar ahorros procedentes de medidas distintas. Gracias a esta unidad de cuenta, las obligaciones y los cumplimientos se expresan con el mismo denominador energético, lo que facilita el control y la trazabilidad.
