El sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) sigue evolucionando, y el año 2025 llega con varias novedades que afectan directamente a los particulares que realizan actuaciones de eficiencia, como cambiar su coche de combustión por uno 100 % eléctrico o renovar sus ventanas o caldera. Aunque el marco general del sistema sigue siendo el mismo, las reglas del juego se han ajustado, y entenderlas puede marcar la diferencia entre aprovechar una oportunidad o quedarse fuera.
Un sistema más preciso: nuevos criterios de cálculo
Desde noviembre de 2024, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) actualizó las fichas técnicas estandarizadas, mejorando el método de cálculo del ahorro energético.
Uno de los cambios más relevantes se ha aplicado a la ficha TRA050, la que regula la sustitución de vehículos de combustión por eléctricos puros. Ahora, los parámetros utilizados para estimar el ahorro son más precisos y realistas, ajustados a los consumos reales de los coches eléctricos actuales.
Esto significa que las certificaciones de ahorro reflejan mejor la eficiencia del cambio, ofreciendo una medición más justa y transparente tanto para el propietario como para los Sujetos Obligados (las empresas que compran los CAE).
Nuevas fichas, nuevas oportunidades
Otra gran novedad es la ampliación del catálogo de actuaciones estándar. En 2025 se han incorporado nuevas fichas al catálogo oficial, lo que abre la puerta a más tipos de intervenciones que pueden generar CAEs.
Esto beneficia tanto a los particulares como a las empresas, ya que aumenta el abanico de actuaciones reconocidas: desde mejoras en climatización o ventilación, hasta nuevas tecnologías aplicadas al ahorro energético doméstico.
Cuantas más fichas haya, más opciones tendrá un ciudadano de obtener ingresos por su ahorro energético, lo que consolida el sistema CAE como un instrumento económico y sostenible a largo plazo.
Mayor demanda de CAEs: un año con más movimiento
Una de las modificaciones más importantes para 2025 es el aumento del porcentaje de obligación energética que las empresas pueden cubrir mediante CAEs. En la práctica, esto significa que las compañías energéticas —las llamadas Sujetos Obligados— pueden usar un mayor volumen de CAEs para cumplir con sus metas de ahorro.
¿Y qué implica esto para los particulares?
Muy sencillo: aumenta la demanda de certificados. Cuantas más empresas necesiten comprar CAEs, más valor adquiere el ahorro energético que generan las personas al realizar una actuación eficiente. En otras palabras, el mercado será más dinámico y habrá más oportunidades para quienes decidan dar el paso hacia la eficiencia energética este año.
Adaptación al futuro energético europeo
Estos ajustes también buscan alinear el sistema español con los objetivos europeos de descarbonización. La Unión Europea exige que los Estados miembros aceleren la reducción de consumo energético, y España ha apostado por fortalecer el papel de los CAEs como herramienta de cumplimiento.
De hecho, se prevé que en los próximos años el sistema amplíe aún más sus actuaciones, incorporando soluciones ligadas al autoconsumo fotovoltaico, almacenamiento energético y movilidad compartida eléctrica.
En resumen: más oportunidades y más claridad
2025 se perfila como un año clave para el sistema CAE. Los cambios normativos introducidos no complican el proceso, sino que lo hacen más exacto, más transparente y más beneficioso para los particulares.
Si estás pensando en cambiar tu coche, tus ventanas o tu sistema de calefacción, este puede ser el momento ideal:
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Los cálculos de ahorro son más justos.
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Hay más actuaciones reconocidas oficialmente.
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Y la demanda de CAEs es mayor que nunca.
En un contexto donde la eficiencia energética es tanto una responsabilidad como una oportunidad, entender cómo evoluciona el sistema te permite sacar el máximo partido a tus decisiones de ahorro. Y lo mejor es que ahora, hacerlo es más fácil, rápido y rentable que nunca.