Cuando hablamos de los Certificados de Ahorro Energético (CAE), todas las medidas que generan ahorro se dividen en dos grandes categorías: actuaciones estandarizadas y actuaciones singulares.
Estandarizadas: “recetas” listas para usar
Son actuaciones con ficha oficial: definen ámbito, requisitos, método de cálculo y documentación.
Ventajas:
-
Metodología ya establecida → trámite más rápido y predecible.
-
Requisitos claros → menos incertidumbre.
-
Ahorro tipificado → cálculo directo y repetible.
Ejemplos típicos (no exhaustivos):
-
Sustitución de ventanas con prestaciones mínimas.
-
Cambio de caldera a bomba de calor.
-
Ventilación de doble flujo con recuperación / simple flujo higrorregulable.
-
Adquisición de electrodomésticos de alta eficiencia.
-
Sustitución de vehículo térmico por eléctrico (según tipología).
Singulares: traje a medida
Actuaciones no recogidas en ficha. Pueden ser innovadoras o combinadas.
Implican:
-
Memoria técnica de cálculo del ahorro (metodología, datos, supuestos).
-
Verificación más exhaustiva y, frecuentemente, medición.
-
Plazos y esfuerzo documental mayores.
¿Qué conviene elegir?
-
Si hay ficha y la actuación encaja → estandarizada.
-
Si no hay ficha, pero el ahorro es claro → singular (asumiendo mayor complejidad).
Errores a evitar
-
Forzar una actuación en una ficha si no cumple requisitos.
-
No justificar correctamente las condiciones de frontera (ocupación, consignas, clima).
-
Documentar solo “después” sin evidencias del “antes”.
FAQ
¿Una actuación singular vale menos CAE?
No. El número de CAEs depende del ahorro; lo singular solo afecta cómputo y verificación.