Cada año, miles de hogares en España reciben una ayuda directa del Estado destinada a cubrir parte de los gastos de calefacción, agua caliente o cocina. Se trata del Bono Social Térmico (BST), una medida que forma parte del conjunto de políticas nacionales contra la pobreza energética.
Aunque muchas personas lo desconocen, este bono puede marcar una gran diferencia durante los meses más fríos del año, especialmente en familias con ingresos ajustados. En este artículo te explicamos qué es, cómo funciona, quién puede recibirlo y por qué es compatible con el sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE).
Qué es el Bono Social Térmico
El Bono Social Térmico es una ayuda económica directa financiada por el Gobierno de España y gestionada por las Comunidades Autónomas. Su objetivo es compensar los gastos derivados de la energía destinada a calefacción, agua caliente y cocina, ayudando a los hogares vulnerables a mantener unas condiciones de confort adecuadas durante todo el año.
A diferencia de otras ayudas o subvenciones, el Bono Social Térmico no se solicita: se concede automáticamente a quienes ya disfrutan del Bono Social Eléctrico. Es decir, si un hogar tiene reconocida la condición de consumidor vulnerable en el suministro eléctrico, recibirá de forma automática el bono térmico en el año siguiente.
Cómo funciona y quién puede recibirlo
El mecanismo es sencillo. Cada año, el Gobierno elabora un listado con todos los beneficiarios del Bono Social Eléctrico y lo traslada a las Comunidades Autónomas, que son las encargadas de realizar el pago del Bono Social Térmico mediante una transferencia directa a la cuenta del titular del contrato de electricidad.
Los importes no son iguales para todos los hogares.
Dependen de dos factores principales:
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Zona climática de residencia: cuanto más fría sea la zona, mayor es la ayuda.
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Grado de vulnerabilidad: se distingue entre consumidor vulnerable y vulnerable severo.
En 2024, los importes oscilaron entre 40 € y 373 € anuales, aunque algunas comunidades autónomas, como Cataluña o Baleares, han añadido fondos propios que amplían la cuantía final para los beneficiarios.
Cómo se financia el Bono Social Térmico
A diferencia del Bono Social Eléctrico, que se financia a través de las empresas comercializadoras, el Bono Social Térmico se sufraga íntegramente con los Presupuestos Generales del Estado.
Las Comunidades Autónomas solo se encargan de distribuir los fondos y gestionar los pagos, sin imponer requisitos adicionales a los establecidos a nivel estatal.
Esto convierte al Bono Social Térmico en una de las medidas más estables dentro de las políticas públicas de energía, ya que no depende de convocatorias anuales ni de la disponibilidad presupuestaria de cada comunidad, sino de un compromiso estatal permanente frente a la pobreza energética.
Compatibilidad con los Certificados de Ahorro Energético (CAE)
Uno de los aspectos más importantes del Bono Social Térmico es su compatibilidad total con el sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE).
Los CAEs son un mecanismo que permite monetizar los ahorros energéticos obtenidos tras realizar mejoras de eficiencia, como sustituir calderas antiguas, instalar bombas de calor, cambiar ventanas o adquirir electrodomésticos de alta eficiencia.
A diferencia de una subvención, el CAE no es una ayuda pública, sino una compensación económica que las empresas energéticas pagan a los propietarios de esos ahorros por contribuir a los objetivos nacionales de eficiencia.
Esto significa que un beneficiario del Bono Social Térmico puede seguir obteniendo ingresos adicionales mediante los CAEs, sin perder su ayuda ni incumplir ningún requisito.
El BST cubre parte del gasto energético habitual, mientras que los CAEs premian las mejoras estructurales que reducen el consumo futuro. En conjunto, ambas medidas se complementan perfectamente: el bono alivia el coste inmediato y los CAEs ayudan a mejorar la eficiencia del hogar a largo plazo.
¿Hay incompatibilidades o límites?
Según la normativa vigente (Real Decreto-ley 15/2018 y Real Decreto 36/2023), no existe incompatibilidad entre el Bono Social Térmico y los Certificados de Ahorro Energético, salvo en los casos en que una misma actuación haya recibido financiación del Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE).
En otras palabras, solo se consideraría incompatible si el ahorro energético generado ya ha sido subvencionado por ese fondo concreto, algo que no ocurre con el Bono Social Térmico.
Por tanto, los beneficiarios pueden seguir recibiendo el Bono Social Térmico y, además, ceder sus ahorros energéticos a través de empresas acreditadas para obtener ingresos adicionales.
Fiscalidad y obligaciones
Tanto el Bono Social Térmico como los ingresos por CAEs se consideran ganancias patrimoniales sujetas al IRPF, aunque en la práctica los importes son reducidos y su impacto fiscal es mínimo.
Para la mayoría de beneficiarios, estas cantidades no afectan a su condición de vulnerabilidad ni a la renovación automática del bono.