Una duda muy común es pensar que el CAE funciona igual que las ayudas o subvenciones, pero no es así. La lógica es completamente distinta.
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Las subvenciones (como las de los fondos Next Generation) son dinero público que se concede para financiar parte de una actuación antes o justo después de realizarla. Requieren convocatorias, plazos, presupuestos limitados y justificación detallada.
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Los CAEs, en cambio, monetizan el ahorro energético generado. Es decir, no se financia la compra del producto en sí (una ventana, un coche eléctrico, una caldera…), sino que se paga por la energía que dejarás de consumir año tras año. El dinero proviene de las obligaciones de las empresas energéticas, no de fondos públicos.
Esto implica varias diferencias clave:
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El CAE suele ser más rápido de cobrar.
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Puede ser compatible con algunas ayudas, siempre que se declaren correctamente.
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No depende de convocatorias ni presupuestos limitados: mientras generes ahorro, puedes obtenerlo.
En resumen: las subvenciones te ayudan a comprar, los CAEs te pagan por ahorrar.
