El Certificado de Ahorro Energético (CAE) no es una ayuda directa del Estado ni una subvención similar al Plan MOVES. Es la pieza central de un mercado de ahorro energético en el que las empresas obligadas (comercializadoras de electricidad y gas, grandes distribuidoras de combustibles, etc.) compran el ahorro logrado por terceros para cumplir sus objetivos legales de eficiencia. De esta forma, iniciativas como la sustitución de un vehículo de combustión por uno 100 % eléctrico generan CAE que pueden venderse, pero no implican que la Administración otorgue una subvención.
¿Qué es la Cesión de Ahorros?
El CAE es un derecho intangible que representa el ahorro energético de una actuación concreta. Para vender ese derecho es necesario cederlo mediante un contrato. Este contrato de cesión de ahorros puede resultar inusual para muchos usuarios, pues no están acostumbrados a vender algo “que no se ve”. Sin embargo, es la forma legal y segura de transferir un bien intangible. Mediante la firma, el propietario declara que es el titular del ahorro (por ejemplo, que el coche de combustión estaba a su nombre y que el nuevo vehículo cumple los requisitos de la ficha y autoriza a la empresa compradora a inscribir el certificado a su favor.
Es normal sentir cierta inquietud al ver un contrato de cesión de derechos, sobre todo porque muchos piensan que el CAE es una subvención, pero no hay nada irregular. La empresa compradora paga al propietario por el ahorro conseguido; a cambio, el propietario transfiere su derecho a comercializar ese ahorro. Todo el procedimiento está regulado por la normativa de eficiencia energética y supervisado por el Ministerio para la Transición Ecológica.
¿Por qué no es una subvención?
A diferencia de las ayudas públicas, el CAE:
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No se financia con fondos públicos, sino con el dinero de las empresas obligadas a ahorrar energía.
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No requiere justificar gastos: basta acreditar la actuación y cumplir los requisitos de la ficha (por ejemplo, propiedad del vehículo antiguo y compra del nuevo eléctrico).
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Es un derecho transmisible: el propietario puede vender su ahorro a quien desee, mientras que una subvención sólo la concede la Administración y suele ser intransferible.
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Se cobra más rápido: en CAE Digital pagamos en 48 horas tras verificar la documentación, mientras que las subvenciones (como el Plan MOVES) pueden tardar meses.
Comprender estos matices evita confusiones y decepciones. Algunas personas se sorprenden al ver un contrato de compraventa o al recibir una transferencia por su ahorro, porque esperaban un “subsidio”. Sin embargo, al entender que el CAE es un mercado de derechos, resulta lógico que exista un contrato y un pago rápido: se está vendiendo un bien intangible que las empresas energéticas necesitan para cumplir la ley.