La transición hacia una movilidad más sostenible ha hecho que cada vez más conductores se planteen si deben dar el paso hacia un coche eléctrico o si es mejor optar por un híbrido como solución intermedia. Aunque ambos términos se asocian al concepto de eficiencia, lo cierto es que se trata de tecnologías muy distintas, tanto en funcionamiento como en ahorro energético. Y esta diferencia es especialmente relevante cuando hablamos del Certificado de Ahorro Energético (CAE), un sistema oficial que recompensa económicamente a quienes sustituyen un vehículo de combustión por uno eléctrico puro.
Para ayudarte a entender qué opción encaja mejor contigo —y cómo afecta cada una al CAE— aquí tienes una explicación clara, completa y desarrollada.
Diferencias fundamentales entre un coche eléctrico y un híbrido
La primera gran diferencia está en la forma en la que se mueven. Un coche eléctrico funciona exclusivamente gracias a uno o varios motores eléctricos alimentados por una batería. No necesita gasolina, no lleva sistema de escape, ni filtros de combustible, ni piezas propias de un motor térmico. Todo se reduce a electricidad pura y a una mecánica muy sencilla.
Un coche híbrido, en cambio, siempre combina dos mundos: un motor de combustión y un motor eléctrico que actúa como apoyo. En el caso del híbrido enchufable, puede circular algunos kilómetros en modo eléctrico si la batería está cargada, pero más tarde inevitablemente pasará a usar gasolina. En un híbrido convencional, ese apoyo eléctrico ni siquiera puede mover el coche por sí solo durante trayectos completos. En otras palabras: un híbrido siempre depende del combustible fósil.
Experiencia de conducción
La experiencia de conducir un coche eléctrico es totalmente distinta. Al no tener motor de combustión, el coche arranca de forma inmediata, sin vibraciones y sin ruido. La entrega de potencia es instantánea: basta con pisar el acelerador para sentir la respuesta. Tampoco hay cambios de marcha, por lo que la sensación es continua y muy suave.
Un híbrido sí puede ofrecer una conducción agradable, especialmente en ciudad, donde utiliza más el motor eléctrico. Sin embargo, cada vez que necesita potencia —en aceleraciones, pendientes o autopista— entra en funcionamiento el motor térmico. Ese cambio de sonido, vibración y respuesta marca una diferencia clara respecto al comportamiento lineal y silencioso de un eléctrico.
Consumo y eficiencia
En consumo, la distancia entre ambos es todavía mayor. Un coche eléctrico suele gastar entre 12 y 20 kWh por cada 100 km, lo que se traduce en un coste muy inferior al de la gasolina. Además, su eficiencia energética es altísima: alrededor del 85–90% de la energía se utiliza realmente para mover el vehículo.
Un híbrido convencional consume entre 4 y 6 litros cada 100 km, principalmente en ciudad. Sin embargo, en cuanto se circula por carretera o se agota la batería, el consumo puede igualar o incluso superar al de un coche de gasolina. Los híbridos enchufables, por su parte, solo son eficientes si se cargan a diario. En el momento en que no se carga, el peso adicional de la batería hace que consuman más que un coche convencional.
Emisiones
Aquí está la diferencia más importante desde el punto de vista ambiental.
Un coche eléctrico produce cero emisiones en circulación: no libera CO₂, NOx ni partículas. Todo su funcionamiento es limpio.
Un híbrido, en cambio, solo reduce emisiones parcialmente y únicamente cuando circula en modo eléctrico. En cuanto entra el motor de combustión, las emisiones vuelven a ser similares a las de un gasolina moderno. En carretera, las diferencias con un coche térmico pueden ser mínimas.
Esto explica por qué los híbridos no se consideran “cero emisiones”, aunque lo parezcan en trayectos cortos.
Mantenimiento
Los eléctricos destacan además por su simplicidad mecánica. No necesitan aceite, ni bujías, ni embrague, ni correas, ni sistema de escape. Tienen muchas menos piezas susceptibles de desgaste, lo que reduce considerablemente las visitas al taller y el coste de mantenimiento a lo largo de la vida útil del vehículo.
Los híbridos combinan dos sistemas completos: el eléctrico y el de combustión. Esto implica revisiones más complejas y un número mayor de componentes a revisar y sustituir. No es extraño que su mantenimiento sea sensiblemente superior al de un eléctrico puro.
Autonomía y recarga
Las autonomías actuales de los eléctricos —entre 300 y 550 km reales— permiten realizar prácticamente cualquier trayecto diario y viajes sin problema. La red de carga crece cada año y, cuando se dispone de punto propio en casa, la comodidad es absoluta.
En los híbridos enchufables, la autonomía eléctrica real suele ser de 30 a 60 km. Es decir, únicamente sirven como eléctricos en recorridos muy cortos, lo que limita su impacto real en ahorro y emisiones. Una vez agotada la batería, se convierten en un coche de gasolina corriente.
¿Qué opción es mejor?
La respuesta depende del uso, pero en términos de eficiencia, emisiones, mantenimiento y costes, el coche eléctrico es la opción superior. El híbrido sigue siendo una tecnología de transición, pensada para quienes no pueden cargar el coche con frecuencia o no están listos para dar el salto definitivo.
¿Y qué papel juega el CAE en todo esto?
El sistema español de Certificados de Ahorro Energético (CAE) recompensa a quienes sustituyen un vehículo de combustión por uno eléctrico puro, ya que generan un ahorro energético medible y verificable.
Esto significa que:
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Cambiar a un híbrido no genera un CAE.
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Cambiar a un eléctrico sí puede generar un beneficio económico.
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La ficha TRA050 del catálogo CAE reconoce oficialmente esta actuación y permite al propietario recibir una compensación económica por el ahorro generado.
Por tanto, elegir un eléctrico no solo implica ahorro en consumo y mantenimiento, sino que además puede convertirse en un ingreso extra gracias a este mecanismo oficial.
¿Te has cambiado ya a un coche eléctrico o estás en camino?
✅ Requisitos básicos para tramitar el CAE “COCHE ELÉCTRICO”
- Residir en España peninsular.
- Coche 100 % eléctrico NUEVO a partir del 01/01/2024 en adelante o SEMINUEVO pero habiéndose matriculado por primera vez antes del 25/1/2023.
- Haber vendido o dado de baja definitiva tu coche antiguo.
- El coche antiguo debía estar a tu nombre por más de 1 año.
- NO PUEDE HABER MÁS DE 4 MESES DE DIFERENCIA ENTRE LA COMPRA DEL COCHE ELÉCTRICO Y LA VENTA O BAJA DEFINITIVA DEL VEHÍCULO ANTIGUO.
- Categorías de vehículos admitidos: M, N, L (gasolina, diésel, híbrido, GLP o gas natural).
- Disponer de toda la documentación requerida.
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¿Cumples con los requisitos? *Continua el proceso aquí* -> https://caedigital.es/coche-electrico/


