Cuando un particular o empresa se plantea realizar una actuación de eficiencia energética, como cambiar ventanas, comprar un electrodoméstico eficiente o sustituir una caldera, surgen varias dudas: ¿optar por una subvención tradicional o por el Certificado de Ahorro Energético (CAE)?. Aunque ambos generan un beneficio económico, la realidad es que el CAE resulta más seguro y predecible que cualquier ayuda pública.
En este artículo te explicamos por qué el CAE es una opción con menos incertidumbre y mayor fiabilidad.
Subvenciones tradicionales: ventajas y limitaciones
Las subvenciones, como las del Plan MOVES o los fondos Next Generation, ofrecen ayudas económicas importantes, pero presentan varios problemas:
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Largos plazos de tramitación: en algunos casos, los pagos tardan entre 6 y 18 meses en llegar.
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Burocracia compleja: formularios, convocatorias limitadas, plazos de solicitud y requisitos que varían según la comunidad autónoma.
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Fondos limitados: las ayudas se conceden hasta que se agotan, por lo que no todos los solicitantes llegan a beneficiarse.
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Incertidumbre de concesión: aunque cumplas los requisitos, la administración puede denegar la ayuda por cuestiones de presupuesto o interpretación técnica.
En resumen, las subvenciones no siempre son seguras ni rápidas, lo que puede frustrar a quienes esperan una ayuda que nunca llega o llega demasiado tarde.
El modelo del CAE: monetizar el ahorro energético
El CAE funciona de manera distinta:
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Cada actuación genera un ahorro medible en kWh finales.
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Ese ahorro se convierte en un certificado con valor económico.
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Los certificados se compran por parte de las empresas energéticas obligadas (sujetos obligados) para cumplir sus objetivos de eficiencia.
Esto significa que el CAE no depende de presupuestos públicos ni de convocatorias temporales. Es un mercado regulado y permanente que asegura que, si cumples los requisitos, tu ahorro se transforma en dinero.
¿Por qué es más seguro el CAE?
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Plazos más cortos y predecibles
Mientras una subvención puede demorarse meses o incluso años, el CAE puede pagarse en plazos mucho más rápidos. En nuestro caso, incluso ofrecemos la opción de 350 € en 48 horas para el cambio a coche eléctrico.
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No se agota
A diferencia de las ayudas públicas, el CAE no está sujeto a convocatorias que cierran cuando se terminan los fondos. Siempre que cumplas los requisitos de la ficha estandarizada, puedes tramitarlo.
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Mayor transparencia
Todo queda registrado en el Registro Nacional de CAEs, lo que asegura trazabilidad y evita duplicidades.
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Compatibilidad posible
En algunos casos, el CAE puede ser compatible con ayudas o subvenciones. Esto multiplica el beneficio: cobras el CAE y, además, una parte de la subvención si se concede.
Ejemplo práctico
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Una subvención puede prometerte 600 € por un coche eléctrico, pero no sabes si te la concederán ni cuándo cobrarás.
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Con el CAE tienes la certeza de que, si cumples con la documentación, recibirás tu dinero en un plazo mucho más corto, sin depender de convocatorias.