El Certificado de Ahorro Energético (CAE) no solo es un instrumento financiero que se traduce en dinero directo para los hogares que realizan mejoras de eficiencia. También tiene un impacto indirecto en la factura energética de las familias, ya que cada actuación reduce el consumo de electricidad, gas o combustibles fósiles. En este artículo vamos a explicar cómo funciona este doble beneficio: ingreso por CAE + ahorro en la factura mensual, y por qué es clave para el bolsillo de miles de familias españolas.
¿Qué es el CAE y por qué afecta al consumo doméstico?
Cuando un hogar sustituye un electrodoméstico antiguo, cambia ventanas poco aislantes, instala una bomba de calor o compra un coche eléctrico, está reduciendo el gasto energético anual. Ese ahorro se certifica oficialmente y se convierte en CAEs que tienen un valor económico en el mercado.
Pero al mismo tiempo, la familia:
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Consume menos energía en el día a día.
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Paga menos en sus facturas de luz, gas o carburantes.
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Se protege frente a las subidas de precios energéticos, porque necesita menos kWh para cubrir las mismas necesidades.
En otras palabras, el CAE no es solo un ingreso puntual: es la consecuencia de un cambio que abarata la vida cotidiana.
Beneficio directo: ingreso económico por el CAE
Al registrar una actuación válida en el sistema CAE, el ahorro se calcula en kWh finales y se transforma en certificados que se venden a las empresas energéticas obligadas. Ese dinero llega al usuario como una retribución económica adicional.
Por ejemplo:
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Cambiar una caldera por una bomba de calor puede generar cientos de euros en CAEs.
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Un coche eléctrico sustituido por uno de combustión puede pagarse con rapidez y certeza (ejemplo: nuestra modalidad de pago anticipado de 350 € en 48 horas).
Este ingreso es independiente de las facturas mensuales y se recibe una sola vez por actuación.
Beneficio indirecto: ahorro en la factura energética
El segundo efecto es menos visible, pero más duradero: al reducir el consumo, la factura baja cada mes.
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Unas ventanas eficientes reducen la necesidad de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano.
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Un electrodoméstico A+++ puede gastar hasta un 40 % menos que uno antiguo.
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Una bomba de calor puede ser tres veces más eficiente que una caldera de gasóleo.
Esto significa que, además del dinero recibido por el CAE, el hogar ve un ahorro acumulado cada año en su gasto energético.
Ejemplo práctico
Imaginemos un hogar que cambia su antigua caldera de gasóleo por una bomba de calor:
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Retribución por CAE: recibe entre 300 y 600 € según el cálculo del ahorro energético.
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Ahorro en factura: reduce un 30-40 % el gasto anual en calefacción, lo que puede suponer 300-500 € menos cada invierno.
El resultado es un doble beneficio que convierte la inversión en eficiencia en una de las decisiones financieras más rentables a medio plazo.
¿Por qué importa este efecto para las familias?
Porque en un contexto de precios energéticos volátiles, el CAE es la única herramienta que paga dos veces:
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Te da un ingreso directo por ahorrar.
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Reduce tus facturas mes a mes, año tras año.
Además, el sistema está diseñado para que las familias puedan participar de forma sencilla, ya sea a través de electrodomésticos, vehículos, calderas, ventilación o ventanas.