Cuando hablamos de Certificados de Ahorro Energético (CAE) en España, es normal compararlos con los llamados certificados blancos que llevan años funcionando en países como Francia o Italia. La duda surge rápido: ¿tienen el mismo valor? ¿Podría un CAE español negociarse de la misma forma que uno francés o italiano?
La respuesta corta es no, aunque la lógica detrás de ambos mecanismos es muy parecida.
Un mismo principio: certificar ahorros de energía
Tanto los CAE en España como los certificados blancos en otros países europeos nacen de un objetivo común: reconocer los ahorros de energía como un activo con valor económico.
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Si una empresa o un particular realiza una mejora que reduce su consumo, ese ahorro se mide en kWh de energía final.
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A partir de ahí, se emite un certificado que puede venderse en el mercado a las compañías obligadas a cumplir metas de eficiencia.
Es decir, tanto en Francia, Italia o España, el ahorro energético se transforma en un instrumento económico que impulsa la transición energética.
La gran diferencia: cada país tiene su mercado
Aquí está el punto clave. Aunque el concepto es similar, cada país gestiona su propio sistema de certificados.
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En España hablamos de CAE, gestionados bajo la normativa del MITECO.
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En Francia, los certificats d’économies d’énergie (CEE) tienen reglas y precios distintos.
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En Italia, los Certificati Bianchi cuentan con su propia metodología y mercado independiente.
Esto implica que:
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Un CAE español solo es válido en España.
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No se puede vender ni utilizar en Francia o Italia.
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El precio del certificado depende de la oferta y la demanda en cada país.
¿Qué significa “vale” lo mismo?
Cuando alguien pregunta si un CAE español “vale” lo mismo que un certificado blanco francés o italiano, suele referirse al precio económico. Y aquí la realidad es clara:
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El valor de un CAE español depende del mercado nacional y de lo que estén dispuestos a pagar los Sujetos Obligados en España.
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El valor de un certificado blanco francés o italiano depende de los precios en esos mercados, que pueden ser más altos o más bajos en función de la regulación y la demanda.
Por ejemplo, mientras que en España el pago medio por un CAE puede rondar entre 80 y 100 € por MWh, en Francia los precios pueden fluctuar en otros márgenes según el tipo de ahorro y la fase del mercado.
¿Qué implica para el usuario final?
Para un particular o empresa que realiza una actuación en España, lo importante es que:
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El CAE español es un mecanismo nacional, reconocido por el Estado y con plena seguridad jurídica.
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No importa cuánto paguen en Francia o Italia, porque tu certificado solo tiene validez dentro del sistema español.
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Lo que sí importa es que España ha adoptado un modelo probado en Europa, lo que da confianza de que el CAE no es un experimento, sino una herramienta consolidada a nivel internacional.